En el fin del mundo: cabalgatas entre bosques y lagos
- Rodolfo Barrio
- 22 ago
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 26 ago

En el extremo sur de la Cordillera de los Andes, donde las montañas se sumergen en aguas cristalinas y los vientos del sur acarician los bosques eternos, existe un rincón secreto que parece haber detenido el tiempo: el Lago Escondido. Allí, entre lengas y coihues, la naturaleza invita a vivir una experiencia única: recorrer sus senderos a caballo, al ritmo tranquilo de los cascos, dejando que cada paso revele la esencia más pura de Tierra del Fuego.
Una tradición pionera
La historia de estas cabalgatas comienza de la mano de una familia pionera, que eligió estas tierras como hogar y convirtió su amor por la naturaleza en una forma de compartirla con los viajeros. Cabalgar junto a ellos no es solo una excursión: es abrir la puerta a un mundo de relatos, memorias y hospitalidad fueguina, donde cada visitante se siente parte de la historia.
Bosque, montaña y lago
El recorrido nos lleva por senderos que serpentean entre árboles centenarios, donde el aire huele a tierra húmeda y hojas frescas. Poco a poco, el bosque se abre y nos regala vistas imponentes del Lago Escondido: un espejo azul rodeado de montañas que parecen custodiarlo en silencio. En verano, la cabalgata se prolonga hasta dos horas, mientras que en invierno la magia se concentra en un recorrido de una hora, perfecto para sumergirse en un paisaje blanco y sereno.
El refugio y el ritual del asado

Después de la aventura, el calor del refugio nos espera. Afuera, los caballos descansan; adentro, las brasas crepitan en la parrilla. El almuerzo es mucho más que una comida: es un ritual fueguino, donde el asado vacuno se comparte como símbolo de amistad y bienvenida. Una picada de salame y queso, chorizos, carnes jugosas, ensaladas frescas y el inevitable café con algo dulce coronan la experiencia. Todo en un entorno simple y auténtico, rodeado de historias, risas y el murmullo del lago cercano.
Una experiencia para todos
La cabalgata en Lago Escondido no requiere experiencia previa. Es una actividad de dificultad fácil, ideal para familias, parejas o grupos de amigos que buscan un momento distinto. La combinación de paisaje, aventura y gastronomía convierte a esta experiencia en un recuerdo imborrable del “fin del mundo”.
Una experiencia que une naturaleza, tradición y sabores auténticos, y que solo puede vivirse aquí, en Tierra del Fuego.






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